LA MADRE TIERRA Y SU FERTILIDAD

LA MADRE TIERRA Y SU FERTILIDAD
DEBEMOS CUIDAR, Y AYUDAR A LA TIERRA Y A TODA LA HUMANIDAD, NOS NECESITAN, NOS NECESITAMOS TODOS LOS UNOS A LOS OTROS.

martes, 26 de julio de 2011

LA MADUREZ


MADUREZ
Madurez es la habilidad de controlar la ira y resolver las
discrepancias sin violencia o destrucción.

Madurez es cuando aprendemos a no prejuzgar, no juzgar, no criticar, no participar en los rumores falsos que contaminan nuestra alma.

Madurez es poner en práctica las enseñanzas de la vida recibidas que nos lleve a la verdadera felicidad.

Madurez es tener una gran intuición y hacer a un lado todo aquello que nos manipule o afecten a nuestras vidas.

Madurez es paciencia. Es la voluntad de posponer el placer inmediato en favor de un beneficio a largo plazo.

Madurez es perseverancia, es la habilidad de sacar adelante un proyecto o una situación a pesar de fuerte oposición y retrocesos decepcionantes.

Madurez es humildad. Es ser suficientemente grande para decir “me equivoqué” y, cuando se está en lo correcto, la persona madura no
necesita experimentar la satisfacción de decir “te lo dije”.

Madurez es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los inmaduros pasan sus vidas explorando posibilidades para al fin no
hacer nada.

Madurez significa confiabilidad, mantener la propia palabra, superar la crisis.

Los inmaduros son maestros de la excusa, son los confusos y desorganizados. Sus vidas son una confusión de promesas rotas,
amigos perdidos, negocios sin terminar y buenas intenciones que nunca se convierten en realidades.

“Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar“.

Envejecer es obligatorio, madurar es opcional.

Quien quiere hacer algo, encuentra el medio;
quien no quiere hacer nada, encuentra una excusa.

El poder del silencio

Aprende a crear silencio en tu mente y florecerá la paz en tu alma, verás la vida con otros ojos, descubrirás el lenguaje de Dios.

Para estar interiormente en silencio, no pienses demasiado, confía en ti mismo, en los demás y en la vida, verás que todo es más fácil de lo que aparenta ser. A menudo, con la buena intención de resolver un problema, acabas convirtiéndote en parte del problema. Para aceptar el problema, es más práctico mantenerte en silencio y tranquilo. No es necesario complicarte investigando las causas, sino usar tu potencial creativo para buscar soluciones. Observa, reflexiona en silencio y toma una decisión.

En el Océano del silencio puedes descubrir tus tesoros eternos de paz, amor y felicidad. Se dice: el descanso es lo mejor. Imagínate un Océano de paz y de silencio y sumérgete en él. Permite que tu mente se relaje y disfrute de unos momentos de tranquilidad.

Libérate de todo lo inútil que mantienes en el interior. Por unos momentos, suelta de tu mente todos los asuntos mundanos y triviales, tareas pendientes, informaciones innecesarias, conversaciones irrelevantes... Enfócate en tu espacio interior y en la sensación de calma y paz que se va generando en la medida que te desprendes de todos esos pensamientos. Disfruta de este estado de libertad de la mente. Ahora estás en un espacio de silencio y quietud interior. Este es el mejor descanso.

Al despertar, el primer pensamiento es la semilla de tu creación para el resto del día. Cuando abras los ojos, siéntate un momento y agradece el regalo de un nuevo día, crea un pensamiento de paz y disfruta de unos momentos de silencio. En el silencio se funden los malos sentimientos y el dolor del pasado. En el silencio puedes escuchar el canto sin sonido de Dios diciendo: “Hijo mío, ven y descansa conmigo, eres un alma de paz”.


Cambiarme a mí mismo

Tómate unos momentos para visualizar una barca, avanzando suavemente a través del agua. Todo está yendo bien, el viaje es placentero.

Ahora imagina que de alguna forma, se produce un agujero en la barca. El agua empieza a entrar. A medida que entra más y más agua, la barca empieza a hundirse, hasta que finalmente se hunde del todo.

Esta es la historia de la “barca” de nuestra vida.

Para muchos de nosotros, el inicio del viaje está lleno de inocencia, amor y confianza. Sin embargo, en algún momento del viaje, empezamos a hundirnos. Nos quedamos abrumados y nos detenemos. ¿Por qué? Las influencias externas nos inundan, llevándose nuestra fe, haciendo difícil defender nuestros valores y principios. Nos hacemos dependientes de los demás y de las circunstancias y, finalmente, mendigos de felicidad y de paz.

La verdadera esperanza de cambiar empieza sólo cuando comprendemos lo que necesitamos hacer, y lo hacemos. Todo lo que aprendemos en nuestro camino espiritual nos lo necesitamos explicar en primer lugar a nosotros mismos.

“Necesito cambiar”. Ésa es la perspectiva correcta, no importa qué clase de situación o persona esté frente a nosotros. Y necesitamos revisarnos en esto: ¿Cuándo planeo cambiar? ¿Hoy? ¿Mañana? ¿El año que viene? Se puede desperdiciar mucho tiempo esperando que otros cambien primero.

Incluso el decir, “Vale… creo que lo he captado. Voy a probar”, es retrasar el proceso de restauración.

¿Cuándo lo probarás?

Hay poder en decir: “¡Sí, lo he comprendido!” y cambiar algo en uno mismo en ese mismo momento.

Piensa: Si no lo hago yo, entonces, ¿quién? Si no es ahora, entonces ¿cuándo?

Soltar
Sentimos tristeza cuando nos agarramos o nos resistimos a las situaciones. Olvidamos que estas situaciones son externas a nosotros. Todo lo que necesitamos es soltar. Cuando lo consigamos, seremos felices, nos sentiremos en paz y volveremos a sonreír. ¡Cuántas veces hemos mirado atrás en relación con un problema ya vivido y ha sido entonces cuando nos hemos preguntado para qué tantas complicaciones!

El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.

Cuando nos soltemos de las cosas externas a nosotros y lleguemos a ser libres, empezaremos a sentirnos en un estado de estabilidad, llenos con una felicidad que independientemente de lo que suceda, ya no la perderemos.

La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fusionados en sí misma. Cuando hay paz y amor, sentimos que somos el rey. Nos respetamos a nosotros mismos y nos sentimos muy fuertes, no como alguien inestable y que fácilmente se entristece.

Necesitamos prestar atención a la calidad de pensamientos que permitimos que vengan a nuestra mente. Los pensamientos deben ser puros, elevados y determinados. Entonces experimentaremos paz en la mente.

Preguntémosle a nuestro corazón: ¿Tengo pensamientos puros y positivos hacia todo el mundo, incluyéndome a mí mismo? ¿Prestamos atención a esto y le damos prioridad en nuestro paso por la vida? Este tipo de sentimientos crean una energía que automáticamente fluye hacia el exterior y nos protege de las influencias negativas.

QUE ES LA MEDITACIÓN


Meditación

Meditación es el descubrimiento de nuestro punto de silencio interior, que es como una aguja de la brújula que nos guía hacia la dirección correcta en el momento correcto. Volverse silencioso, calmado en medio del océano de acciones agitadas y ruidosas, es una elección personal. Cuando esto se consigue, la calma actúa para la mente como oxígeno, proporcionando la respiración para entender y enriquecer la vida. Por supuesto, las acciones son necesarias, como expresión de nuestro ser a través del tiempo, las relaciones y los roles que interpretamos. Sin embargo, si no nos detenemos de vez en cuando y tomamos un respiro de silencio, entonces la mente empieza a sofocarse, los pensamientos se aceleran y el cerebro se experimenta como si estuviera en una olla a presión. Las emociones erupcionan y reaccionan como volcanes, los ojos se marean con las montañas de información y la cabeza se siente como una montaña rusa. Esto es estrés. La cabeza necesita subir para respirar, dejar la jungla de presiones, fechas límite y velocidad y desacelerar para encontrar el punto de silencio interior.

La meditación es el método para encontrar ese punto que recarga la mente con paz, claridad y equilibrio. La meditación supone:

1. Retornar.
La meditación es el método para retornar a las cualidades originales del ser: paz, pureza, amor, dicha y sabiduría. Sólo podemos hacer esto llevando nuestros pensamientos hacia el interior.
Empiezo a encontrar mi fortaleza original reuniendo la energía de mi mente. Con pensamiento concentrado, me enfoco en reencontrarme con mi verdadero ser.

2. Relajarse.
En la meditación la mente se desconecta de los pensamientos de todo lo externo y se conecta con el ser interior. De esta forma puede recibir la corriente positiva de la fortaleza original del ser: una fuente pacífica de energía. Sin embargo, al principio puede ser difícil desconectar todos los enchufes de nuestra vida cotidiana: los enchufes del apego, la preocupación, la velocidad, etc. Requiere un esfuerzo.
A medida que me conecto con la “fuente puntual” de energía del ser, localizada en el centro de mi frente, empiezo a relajarme, a eliminar de la mente las muchas tensiones y demandas del mundo exterior.

3. Recordar.
A medida que la mente se relaja y se concentra en la “fuente puntual” de energía de paz, la persona empieza a recordar su identidad espiritual. La causa de que las personas estén tan desorientadas en sus vidas y de que a menudo encuentren la vida aburrida, tediosa o vacía es que han olvidado quiénes son realmente.
En el silencio, yendo hacia el interior, empiezo a recordar lo que he olvidado: soy un ser espiritual, una fuente puntual de energía positiva. Mi espíritu es mi realidad!

4. Soltar.
A medida que recordamos la realidad olvidada del ser como un ser espiritual y empezamos a experimentar nuestra fuente interna de paz, nos liberamos de la negatividad de nuestra mente: pensamientos de desperdicio y pensamientos llenos de dudas, miedo y preocupación – los tres grandes dragones que dominan nuestra mente constantemente.
A medida que empiezo a gobernar mi propia mente, me libero de la preocupación que deja lisiada mi confianza, del miedo que secuestra mi coraje y de la duda que ridiculiza cada intento que hago de devolver la esperanza a mi vida.

5. Reaprender.
A medida que nos volvemos libres, empezamos a respetarnos a nosotros mismos y reaprendemos qué significa valorar nuestro ser, nuestra vida y nuestra existencia en esta gran obra de la vida. Aparecen las verdades olvidadas y empieza una nueva educación del ser.
Soy capaz de comprender la eternidad y la espiritualidad y emergen sentimientos de mi verdadera humanidad.

6. Redescubrir.
A medida que reaprendemos, redescubrimos nuestros valores espirituales y recursos y, reconociendo que siempre estuvieron ahí, tomamos la resolución de utilizar estas verdades intrínsecas silenciosas, que son los cimientos de una mejor calidad de vida.
Soy un ser positivo, lleno de propósito, que tiene algo único que ofrecer a la vida..

7. Restablecer.
A medida que empezamos a usar estas verdades espirituales, se restablecen nuestras fortalezas y cualidades originales. Se produce una transición en la conciencia que permite que la confianza y la autoestima se conviertan en una forma natural de ser.
Me valoro como un ser de paz y de amor y sé que en mi interior dispongo de todas las cualidades que necesito para superar todos los retos de la vida.

8. Recargar.
El salto de conciencia que se produce cuando conectamos con nuestro ser interno espiritual es una poderosa manera de recargar las energías de la mente humana. Ésta se llena con una profunda tranquilidad que fluye en nuestros pensamientos y después se refleja en nuestras palabras y acciones. Se abre un mundo con una nueva visión en la que hay auto-dominio y aceptación de la vida tal como es.
Tengo la fortaleza interior de desprenderme de los enjuiciamientos, la insatisfacción, la impaciencia y para reemplazar las energías negativas con una perspectiva más positiva.
Con todo mi Amor de
Araceli Rosa Cadavieco

LA MEDITACIÓN DEL CORAZÓN



Visualizamos un rio de aguas alegres y cristalinas. El movimiento del agua bordear unas piedras en el centro del rio conforma espuma blanca que brilla bajo la luz del sol.
Observamos muy atentamente este rio pues sentimos que hemos de estar observadores. Vemos entonces una flor flotando sobre las aguas conducida con suavidad por la corriente.
La flor se detiene y se aposenta sobre una piedra. Quiere que la miremos. La flor se mece al compás de la brisa, mostrándonos sus pétalos llenos de belleza bajo la luz del sol.
De forma voluntaria, la flor desprende un pétalo. Lo suelta, lo deja volar solo. Observamos cómo este pétalo es conducido por la corriente hacia el mar.
El pétalo cae en el mar inundando todo el mar con su color. Al instante podemos percibir como todo nuestro pecho se llena de este mismo color.
La flor satisfecha se hincha, y graciosa sale de su roca y comienza a bandear la corriente para acercarse hacia nosotros. Tal es su esfuerzo y constancia que llega hasta la orilla donde nos hayamos, pero algo agotada.
Nos acercamos para cogerla entre las manos y la sacamos del agua. La flor espolsa sus pétalos. Y nos mira con cariño. Nos parece tener un bebe entre las manos.
Esta flor es nuestro corazón energético. Él es fuerte, valiente. Necesita que lo amemos profundamente.
Así es que lo llevamos al mar. Visualizamos una preciosa playa; el mar, azul y limpio nos da la bienvenida con una ola.
Nos acercamos a la orilla e introduciendo una de nuestras manos en el mar cogemos un poco de agua de mar, salada y fresca, y la vertemos con todo nuestro amor por encima de nuestra flor.
El agua de mar sana cualquier herida de amor que la flor pueda tener.
La soltamos un poco en el agua para que se dé un baño. Y enseguida la cogemos otra vez.
Bien mojadita, sentimos a la flor radiante y tierna.
Sentimos que ya la flor necesita el abrigo de nuestro pecho. Así es que la abrazamos y sentimos como se sumerge en nuestro interior.
Sentimos una unión íntima y especial. Nuestro corazón energético extiende todo su amor y sentimos cómo nuestra sangre es bombeada ahora con más fuerza, fluidez y vitalidad.
Descansamos sintiendo este gran tesoro en nuestro interior.
Escuchamos ese latido amoroso en el silencio. Un latido que se extiende más allá del tiempo y el espacio para llenarlo todo de Amor.

lunes, 25 de julio de 2011


Vive inspirado

“Inspirar” significa llenar a los demás de entusiasmo, confianza y creatividad. ¡Cuando estamos inspirados nos sentimos realmente vivos!

Inspírate con tu propósito
Cada día, cuando te despiertes, pregúntate: “¿Quién soy yo?” “¿A quién pertenezco?” “¿Cuál es mi propósito en la vida?” Entonces cada mañana te reconocerás a ti mismo como un alma, un ser espiritual y un hijo de Dios, el amoroso ser supremo. Ten la meta de celebrar este hecho y ayudar a los demás a llegar a la misma comprensión y experiencia. Esto hará que te sientas energetizado.

Inspírate con las virtudes
En lo profundo de tu interior, posees todas las fortalezas y virtudes que puedas llegar a necesitar en la vida. Reflexiona durante unos momentos, dirígete a ese espacio interior de fortaleza y paz, selecciona la cualidad en particular que necesites, y haz que se manifieste. Mediante la energía de un pensamiento determinado, permite que se exprese en formas prácticas hoy mismo.

Inspírate contigo mismo
Recuerda que eres un ser único, que ha recibido el regalo de cualidades especiales; recuérdate todo lo que ya has conseguido. Siendo consciente de ti mismo como un ser espiritual pacífico, experimenta tu propio potencial para interpretar el rol que has recibido en la gran obra de la vida. Respétate a ti mismo, así tu confianza incrementará y verás que encuentras el coraje para seguir avanzando.

Inspírate con los demás
Sin impresionarte en exceso por los demás, observa a las grandes almas desde una distancia e identifica qué cualidades que poseen te gustaría adoptar en tu vida. Incluso si alguien no te impresiona, desde la misma distancia, también obsérvales y después, con un corazón generoso, identifica también su fortaleza especial – cada ser espiritual tiene una fortaleza particular que es admirable. Esa generosidad te proporcionará un corazón feliz.

Inspírate con la naturaleza
Tómate un tiempo en medio de tu apretado horario y las preocupaciones mundanas, para considerar el mundo de los elementos. Uno no puede sino inspirarse con la belleza y majestuosidad de la naturaleza – desde la fragante delicadeza de los pétalos de las flores, de una diminuta semilla o una nueva planta que brota hasta el inmenso poder del océano o del volcán erupcionando. Cuando cooperamos con los elementos, nos damos cuenta de que la naturaleza comparte su abundancia con nosotros; cuando desperdiciamos sus recursos y maltratamos la tierra, puede que tengamos que afrontar las consecuencias. Cooperemos con la naturaleza para crear una asociación pacífica y productiva.
Con todo mi amor, para todos mis seguidores.
Araceli.

Recuerda...
Que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la Verdad.
Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseas ser.
Que es más fácil reaccionar que pensar.
Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos poder hacer.
Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es cómo interpretamos nuestras circunstancias.
Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama. El resto depende de los demás.
Que requiere años desarrollar la confianza y un segundo destruirla.
Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.
Que las personas honestas tienen más éxito al paso del tiempo.
Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor.
Que no importa qué tan lejos he estado de DIOS, siempre me vuelve a recibir.
Que todos somos responsables de nuestros actos.
Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben expresarlo.
Que puedo hacer todo o nada con mi mejor amigo y siempre gozar el momento.
Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarte en los momentos más difíciles.
Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, y no tanto con los años que hemos cumplido.
Que hay dos días de la semana por los que no debemos de preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es AHORA.
Que aunque quiera mucho a la gente, algunas personas no me devolverán ese amor.
Que no debemos competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí.
Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida.
Que la pasión de un sentimiento desaparece rápidamente.
Que si no controlo mi actitud, mi actitud me controlara a mí.
Que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son ridículos, que tal si me cree?
Que es más importante que me perdone a mí mismo a que otros me perdonen.
Que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.
Que la violencia atrae más violencia.
Que decir una verdad a medias es peor que una mentira.
Que las personas que critican a los demás, también me criticarán cuando tengan la oportunidad.
Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.
Que hay mucha diferencia entre la perfección y la excelencia.
Que los políticos hablan igual en todos los idiomas.
Que es mucho mejor expresar mis sentimientos, que guardarlos dentro de mí.
Que al final de la vida me doy cuenta que las únicas cosas que valieron la pena son:
Dios, mi familia, un grupo muy selecto de amigos y unas experiencias que me dieron crecimiento personal.
Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias. Hagamos cosas ordinarias, extraordinariamente bien.
"Si alguna vez no te dan una sonrisa esperada, se generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que no sabe sonreír"

♥ Mahatma Gandhi ♥

LA VIDA DÍA A DÍA


La vida es vivirla día a día, con alegría, esperanza y amor incondicional, ese será el nuevo orden del nuevo mundo que nos espera a todos como premio. Así que alegría parta todos.
La vida no es una cosa, es un proceso. No hay otra forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella. Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado. La vida no te está esperando en ninguna parte; te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas, es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás. El hombre ha estado haciendo esto durante siglos. Los conceptos se han vuelto muy importantes, las explicaciones se han vuelto muy importantes y lo real ha sido olvidado por completo.
No vemos lo que de hecho ya está aquí, queremos racionalizaciones. Oí una hermosa historia. Hace unos años un americano de renombre tuvo una crisis de identidad. Buscó la ayuda de la psiquiatría, pero no resolvió nada porque no encontró a nadie que pudiera revelarle el significado de la vida, que era lo que él deseaba conocer.
Poco a poco se fue enterando de la existencia de un venerable e increíblemente sabio gurú que vivía en una misteriosa y casi inaccesible región del Himalaya. Llegó a creer que solamente ese gurú le podría revelar lo que la vida significaba y cuál debía ser su destino. De modo que vendió todas sus posesiones y empezó su búsqueda del gurú que todo lo sabía. Estuvo ocho años yendo de pueblo en pueblo por todo el Himalaya, buscándole. Y un día acertó a encontrarse con un pastor que le dijo dónde vivía el gurú y como debía llegar a ese lugar. Tardó casi un año en encontrarle, pero lo consiguió. Se presentó a ese gurú, que desde luego era venerable y tenía más de cien años de edad. El gurú accedió a ayudarle, especialmente cuando escuchó todos los sacrificios que el hombre había realizado buscándole. « ¿Qué es lo que puedo hacer por ti, hijo mío?», le preguntó el gurú. «Necesito conocer el significado de la vida», le contestó el hombre. A lo que, sin dudar un instante, replicó el gurú, «La vida», dijo, «es un río sin fin». « ¿Un río sin fin?», dijo el hombre con asombro. « ¿Después de recorrer todo este camino para encontrarte, todo lo que tienes que decirme es que la vida es un río sin fin?» El gurú se quedó estupefacto, anonadado. Se enfadó mucho y le dijo, « ¿Quieres decir que no lo es?» Nadie puede darte el significado de tu vida. Es tu vida y el significado ha de ser también el tuyo. El Himalaya no te servirá de ayuda. Nadie más que tú puede encontrarlo. Es tu vida y solamente es accesible a ti.
Solamente con el vivir te será revelado el misterio. Lo primero que me gustaría decirte es: no lo busques en ninguna otra parte. No lo busques en mí, no lo busques en las escrituras, no lo busques en inteligentes explicaciones; son sólo justificaciones, no explican nada. Simplemente atiborran tu mente vacía, no te hacen consciente de lo que es. Y cuanto más está la mente atiborrada de conocimiento muerto, más torpe te vuelves. El conocimiento intelectual, adormece tu sensibilidad. Se atiborran de él, cargan con él, refuerzan su ego con él, pero no les aporta luz y no les indica el camino.
No puede hacerlo. La vida ya está burbujeando en tu interior. Solamente puedes contactar con ella allí. El templo no está en el exterior; tú eres su santuario. Por eso lo primero que has de recordar, si quieres saber lo que es la vida, es: nunca la busques en lo exterior, nunca trates de descubrirla en alguien. El significado no puede ser transferido de este modo. Los Maestros más grandes nunca han dicho nada sobre la vida, siempre te han devuelto a ti mismo. Lo segundo que has de recordar es: una vez que sepas lo que es la vida, sabrás lo que es la muerte. La muerte es parte del mismo proceso. Por lo general creemos que la muerte llega al final, por lo general creemos que la muerte se opone a la vida, por lo general creemos que la muerte es el enemigo, pero la muerte no es el enemigo. Y si consideras a la muerte como el enemigo esto simplemente demuestra que no has sido capaz de saber lo que es la vida. La muerte y la vida son dos polaridades de una misma energía, del mismo fenómeno, el flujo y el reflujo, el día y la noche, el verano y el invierno. No están separados y no son opuestos ni contrarios. Son complementarios.
La muerte no es el fin de la vida; de hecho es una culminación de una vida, la cresta de la vida, el clímax, el gran final. Y una vez conoces tu vida y su proceso, entonces comprendes lo que es la muerte. La muerte es una parte orgánica, integral de la vida y es muy amistosa con ella. Sin ella la vida no puede existir. La vida existe debido a la muerte, la muerte le da un trasfondo. La muerte es, en efecto, un proceso de renovación. Y la muerte sucede a cada instante. En el instante en que inhalas y en el instante en que exhalas, ambas se dan. Al inspirar, la vida entra; al expirar, viene la muerte. Por eso al nacer un niño lo primero que hace es inspirar; entonces la vida empieza. Y cuando un viejo muere, lo último que hace es exhalar; entonces la vida se va. El exhalar es la muerte, el inspirar es la vida. Son como las dos ruedas de una carreta. Vives tanto debido a que inspiras como a que expiras. El exhalar es parte del inhalar. No puedes inhalar si dejas de exhalar. No puedes vivir si dejas de morir. El hombre que ha comprendido lo que es su vida, permite que la muerte suceda, le da la bienvenida. Muere a cada instante y a cada instante resucita.
Su cruz y su resurrección suceden continuamente como un proceso. Muere al pasado a cada momento y nace una y otra vez al futuro. Si observas lo que es la vida podrás saber lo que es la muerte. Si comprendes lo que es la muerte, solamente entonces serás capaz de comprender lo que es la vida. Forman un organismo. Por lo general, debido al miedo, hemos creado la división. Creemos que la vida es buena y que la muerte es mala. Creemos que ha de desearse la vida y que ha de evitarse la muerte.
Creemos que, de alguna forma, hemos de protegernos contra la muerte. Esta idea absurda crea interminables desgracias en nuestras vidas, porque una persona que se protege contra la muerte se vuelve incapaz de vivir. Es la persona que teme exhalar y entonces es incapaz de inhalar y se queda embarrancada. Entonces simplemente mal vive, su vida deja de ser un fluir, su vida deja de ser un río.
Si realmente deseas vivir has de estar dispuesto a morir. ¿Quién en ti teme a la muerte? ¿Teme la vida a la muerte? No es posible. ¿Cómo puede la vida sentirse asustada por su proceso integral? En ti hay algo más que está asustado. El ego es el que teme en ti. La vida y la muerte no son opuestas. El ego y la muerte sí son opuestos. La vida y la muerte no son opuestas. El ego y la vida sí son opuestos. El ego está en contra de los dos, de la vida y de la muerte. El ego teme el vivir y el ego teme el morir. Teme vivir porque a cada paso, al esforzarse en pos de la vida, hace que la muerte se acerque. Si vives, te estás acercando a la muerte. El ego teme morir, de ahí que también tema vivir. El ego simplemente mal vive. Hay mucha gente que ni está viva, ni está muerta. Esto es lo peor. Un hombre que está vivo plenamente también está lleno de muerte. Ese es el significado de Jesús en la cruz. Jesús acarreando con su propia cruz no ha sido plenamente comprendido. Y les dice a sus discípulos, «Tendréis que llevar vuestra propia cruz». El significado de Jesús llevando su cruz es muy simple, no es nada más que esto: todo el mundo a de acarrear continuamente con su muerte, todo el mundo ha de morir a cada momento, todo el mundo ha de estar en la cruz porque éste es el único modo de vivir plenamente, totalmente. Siempre que te encuentres con un momento de total vitalidad, de repente también verás ahí a la muerte. Sucede en el amor. En el amor, la vida alcanza un clímax, de ahí que la gente tema al amor. Me siento asombrado continuamente por la gente que viene a mí y que me dice que teme al amor. ¿De dónde proviene este temor al amor? Se debe a que cuando realmente amas a alguien tú ego empieza a desaparecer y a fundirse. No puedes amar con el ego, el ego se convierte en la barrera. Y cuando quieres destruir la barrera, el ego te dice, «Esto se convertirá en una muerte, ¡cuidado!» La muerte del ego no es tu muerte. La muerte del ego es en realidad tu posibilidad de vida. El ego es simplemente una cáscara sin vida a tu alrededor. Tiene que ser hecha pedazos y tirada. Surge de forma natural, del mismo modo que cuando un transeúnte pasa, el polvo se deposita sobre sus ropas, sobre su cuerpo y ha de darse un baño para limpiarse de ese polvo. Al movernos en el tiempo, el polvo de las experiencias, del conocimiento, de la vida vivida, del pasado, se acumula. Ese polvo se convierte en tu ego. Al acumularse, se convierte en una cáscara que ha de ser rota y tirada. Uno se ha de bañar continuamente, cada día, de hecho, a cada instante, de forma que esta cáscara nunca se convierta en una prisión.
El ego teme al amor porque en el amor la vida alcanza una culminación. Pero siempre que hay una culminación de la vida también hay una culminación de la muerte. Van de la mano. En el amor mueres y renaces. Lo mismo sucede cuando meditas o rezas o cuando acudes a un Maestro y te entregas. El ego crea toda suerte de dificultades, de justificaciones, para que no te entregues. «Piénsatelo, medítalo, sé inteligente».
Cuando acudes a un Maestro, el ego sospecha, se llena de dudas, crea ansiedad porque de nuevo estás volviendo a la vida, estás volviendo a una llama donde la muerte va a estar tan viva como la vida. Recuerda que la muerte y la vida se alimentan mutuamente, nunca están separados. Si estás un poco, mínimamente vivo, en el mínimo, entonces verás a la vida y a la muerte como dos cosas separadas. Cuanto más te acerques a la cima, más se irán aproximando. En el ápice, se encuentran y se funden en uno solo. En el amor, en la meditación, en la confianza, en la oración, siempre que la vida es algo total, la muerte está allí. Sin muerte, la vida no puede ser total. Pero el ego siempre está pensando en divisiones, en dualidades. Lo divide todo.
La Existencia es indivisible, no puede ser dividida. Eras un niño, luego te hiciste mayor. ¿Puedes delimitar cuándo te hiciste mayor? ¿Puedes señalar el lugar en el tiempo cuando de repente dejaste de ser un niño y te volviste un joven? Un día te vuelves viejo. ¿Puedes indicar cuándo te vuelves viejo? Los procesos no pueden ser delimitados. Sucede exactamente lo mismo cuando naces. ¿Puedes señalar cuándo naciste? ¿Cuándo comienza realmente la vida? ¿Comienza cuando el niño empieza a respirar, cuando el doctor da unos azotes al niño y el niño empieza a respirar? ¿Es entonces cuando nace la vida? ¿O es cuando el niño entra en el útero, cuando la madre se queda embarazada, cuando el niño es concebido? ¿Empieza entonces la vida? ¿O incluso antes que esto? ¿Cuándo comienza exactamente la vida? Es un proceso que no tiene ni fin ni comienzo. Nunca empieza. ¿Cuándo está muerta una persona? ¿Muere cuando deja de respirar? Muchos yoguis han demostrado científicamente que pueden dejar de respirar y seguir vivos y luego regresar. De modo que el dejar de respirar no puede ser el final. ¿Dónde acaba la vida? Nunca acaba en parte alguna, nunca empieza en ninguna parte. Estamos sumergidos en la eternidad. Hemos estado aquí desde el mismo comienzo, si es que hubo alguna vez un comienzo, y vamos a seguir aquí hasta el final, si es que va a haber un final. De hecho no puede haber un principio ni puede haber un final. Somos vida, aun cuando la forma cambie, los cuerpos cambien, la mente cambie. Lo que llamamos vida es solamente la identificación con un determinado cuerpo, con una determinada mente, con una determinada actitud, y lo que llamamos muerte no es más que el salirse de esa forma, de ese cuerpo, de esa idea. Cambias de casa. Si te identificas demasiado con una casa entonces el cambiar de casa será algo muy doloroso. Creerás que te mueres porque la casa antigua era lo que tú eras; esa era tu identidad. Pero esto no sucede porque sabes que solamente estás cambiando de casa, que tú sigues siendo el mismo. Aquellos que han mirado en su propio interior, aquellos que han descubierto quién son, llegan a descubrir un proceso eterno, sin fin. La vida es un proceso sin tiempo, más allá del tiempo. La muerte forma parte de él. La muerte es un revivir continuo, una ayuda para que la vida resucite una y otra vez, una ayuda para que la vida se libre de las viejas formas, para librarse de los edificios desvencijados, para librarse de las anticuadas estructuras de modo que seas capaz de fluir y puedas de nuevo volverte fresco y joven y seas otra vez virgen.
HALLAR LA VERDAD QUE EMANA DE TU ALMA
Quien te haya dicho que busques la Verdad, debió decirte también que no debes buscarla fuera de ti. La Verdad no se halla en el cielo. Las encarnaciones divinas dijeron todas que el cielo estaba aquí mismo. Cuando fuiste creado, se te doto de CONCIENCIA. Aquello que te comunica directamente con EL CREADOR. Quiero enseñarte a que escuches su voz, no mis palabras ni las de ningún humano, sino LA VOZ que yace contigo desde hace SIGLOS.
No me importa si eres judío, cristiano, musulmán, hindú, mahometano, porque no creo en tu religión ni en tu nacionalidad ni en tu color ni tu raza como determinante para que puedas evolucionar. Para mi TU ERES, y eso es lo que importa.
Respeto toda creencia, y extraigo lo que los seres divinos han vertido en sus enseñanzas, y a ellos me encomiendo eternamente para realizar mis trabajos. Por eso, si crees que buscas sinceramente la Verdad, y no te asusta cuan largo y esforzado sea el camino, comunícate contigo mismo.
No soy tu salvador, no soy profeta, no soy maestro. Soy solo una mujer que intenta mostrar los pasos que conducen a La LUZ. Solo sirvo a Dios, y no reconozco autoridad por encima de EL y sus enviados divinos. Si consideras que puedo serte útil, cuando me necesites búscame, pues para eso he venido a la tierra. NO para crear malos rollos entre los seres humanos, pero no confundas la justicia con el Ego. O la falsa dignidad o el orgullo.
No busques más la verdad fuera. Pues te ha sido dada desde el comienzo.
Busca en tu interior la ayuda para extraerla de tu alma y que inunde tu conciencia. LIBERÁNDOLA DE LA INCESANTE CADENA DE PENSAMIENTOS QUE TE ATORMENTAN. DISCIERNE LO REAL DE LO IRREA
QUE LA LUZ Y LA PAZ INUNDE TU CORAZÓN DE AMOR.

EL ENTUSIASMO

La llave del entusiasmo
El entusiasmo es la llave maestra para sentirse en plenitud. Funciona como un doble impulso de energía. Mantiene al ser completamente positivo y más allá de la influencia de la negatividad a la vez que hace que los demás se sientan también alentados. Es como si el entusiasmo abre una ventana, “desenganchando” a las otras personas de un estado mental estrecho, melancólico o desalentado. El entusiasmo nos da fe en la realidad de otras posibilidades.

La palabra entusiasmo se deriva del término griego “enthusiasmos”, que significa “estar en Dios, o estar en lo divino”. Cuando estamos espiritualmente vivos, entonces vemos, pensamos, sentimos y actuamos de formas nuevas y creativas cuando afrontamos una situación “bloqueante”.

De esta manera, una persona con entusiasmo nunca ve un problema como “problema” o un obstáculo como “obstáculo”. Se eleva por encima de las influencias del miedo, la duda o el pesimismo. En lugar de ello, imagina soluciones, crea puentes y en vez de luchar con un obstáculo, lo disuelve. El entusiasmo es una terapia que rompe la fuerza de la gravedad y cambia la actitud de “enganche mental” que parece atrapar a las personas en ciertas perspectivas o actitudes, no importa cuán dañinas puedan ser.

El entusiasmo nos da fortaleza y dirección cuando nuestros pensamientos entran en una espiral descontrolada o giran en círculos cansinos. También es una gran terapia para un corazón herido, cuando las emociones tales como el resentimiento, el dolor, el orgullo o el rechazo vacían nuestra buena voluntad y espontaneidad.

Para desarrollar entusiasmo, ten fe en la bondad de la vida y en la bondad original del ser y de los demás. Ten la fe de que no importa lo que suceda, no importa cuán incomprensible o negativo pueda parecer algo, detrás de la cortina oscura yace una lección escondida o un beneficio oculto.
Con todo mi cariño.
Luz Paz y Amor Araceli Rosa Cadavieco

domingo, 24 de julio de 2011

Danza Taitiana


Cuidar las relaciones

La raíz del sufrimiento, es el apego. Has creado un espacio en tu mente que mantiene a esa persona u objeto como parte de ti mismo.
Cuando se critica, se desprecia o deja de estar contigo esa persona u objeto, sientes dolor en la mente, tienes el sentimiento de pérdida.
Si quieres ser feliz has de aprender a amar y apreciar, manteniendo
al mismo tiempo tu independencia.

La persona sensata sabe que enfadarse con alguien es perder tiempo y energía. Después hay que esforzarse por reconstruir esa relación.
Es mucho más útil, respirar profundamente, poner atención a tu actitud y responder sin apresurarte. De esta manera, mejora y fortalece tus relaciones con los demás, crea confianza y ellos perdonarán tus errores.

Para crear buenas relaciones:
Con tu mente, piensa en lo que puedes aprender de los demás.
Con tus ojos, mira las cualidades de los demás.
Con tus palabras, valora, reconoce y aprecia sus logros.
Con tus acciones, colabora y haz algo por los demás.

Para vivir en paz procura no depender de nadie, pero a la vez
ayuda a los demás a que no dependan de ti.
Ayúdales a ser personas independientes, libres y responsables de sus vidas. De la misma forma asegúrate de no causar pesar o dolor a nadie. Y no permitas que los demás se conviertan en una fuente de dolor para ti.
El gran enemigo de la paz es el ego. El ego te hace juzgar a los demás y pensar en ellos de forma inadecuada. Te hace forzarles a que actúen como tú quieres. De esta manera olvidas que eres un estudiante y que estás aquí para aprender.

Si en lugar de aprender, empiezas a dar consejos, a decir a los demás lo que deberían hacer, y pretendes que cambien, estás olvidando una lección importante de la vida, y es que en tus manos
tan sólo está tu propio cambio personal y no el de los demás. Con Amor de
Araceli R.C.

meditaciones