Crece la hierba sobre el manto húmedo de la pradera. Adorna la suave brisa la belleza del lugar, que, reposada, desciende y se posa cual bella mariposa, contorneando sus alas sobre la tierna y delicados pétalos de las rosas, que adornan su belleza a tan hermoso paraje, que expanden su fragancia, alegres y risueñas sobre la suave piel de tu rostro, cual caricia de Amor adornada con la suave esquisitez del elixir de la esencia de la Madre Naturaleza.
En la belleza de tu ser recae el alma de cada rosa, suspiran su amor en tí y su belleza se agranda con el alimento de tu amor.
Rosas bellas, rosas serenas, dulces y amadas rosas, que enternecen tu miarda y la fijan suavemente en al intuición de su fragancia, en el sentido de su devenir.
En tu mirada recae la luz del día, la fuerza de la mañana, el comienzo de un nuevo día, una nueva esperanza de vida, el renacimiento del amor madre mía, y yo escucho tu voz, y siento tu mirada de amor recorrer todo mi cuerpo, y me dices ya estan despertando, ya estan sintiendo la luz en sus corazones, ya comienzan a vibrar en la sintonia del amor. Entrega, pasión, delicadeza y astucia, silencio, puro amor.
Araceli
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